¡¡Contra el fascismo y la desigualdad, a las calles el primero de mayo!!!
El primero de mayo se conmemora el día internacional de la clase obrera. En todo el mundo se enfrentan luchas contra el modelo capitalista de opresión y explotación con nuevas formas de organización de la sociedad que buscan la verdadera democracia, igualdad y equidad para el ser humano.
En Colombia se enfrenta el estado liderado por Álvaro Uribe Vélez que reorganiza el gobierno, emite decretos y define planes, asegurándole mayor ganancia a quienes se creen dueños del país enmarcado dentro de la venta de nuestros recursos a los imperialistas.
Por otro lado está el pueblo. La gran mayoría que a pesar de los índices económicos de “prosperidad”, paradójicamente vive cada día mas en la pobreza.
En todos los países del mundo, a lo largo del año, los pueblos realizan grandes movilizaciones de protesta en donde ponen de manifiesto la inconformidad por la injusticia en lo laboral y salarial, en contra de la opresión y la desigualdad, por los derechos fundamentales, por mejores condiciones de vida.
El Primero de Mayo marchamos porque se conmemora el Día Internacional de la Clase Obrera. Es un día de reflexión, de movilización, de lucha, de resistencia, de esperanza y de unidad y organización.
En Colombia, la lucha es palpable y cotidiana. Es por los derechos de todo tipo: económicos, políticos, culturales, ecológicos, de género, por respeto y dignidad. Es por la independencia y soberanía nacional. Es el pueblo luchando por un programa democrático, por una patria libre, próspera y soberana. Es contra un programa fascista, paramilitar y narcotraficante, que afianza su dictadura sobre el ejército estatal y los ejércitos privados, que se ha impuesto a partir del terror, las masacres, las persecuciones, las delaciones, las desapariciones y la criminalización de la protesta popular. Todo para favorecer los intereses de los grandes grupos monopólicos financieros, industriales y narcotraficantes que, a través del TLC, han entregado aun más el país al imperialismo norteamericano y a las multinacionales, destruyendo nuestro medio ambiente y dejando a nuestros hijos sin un país que disfrutar. Este proyecto de sociedad, encabezado por Uribe Vélez, esta creando un país sumido en la mafia, la corrupción, la doble moral, la explotación y la opresión, un país sin futuro para el pueblo, un país paraíso para los explotadores.
El crecimiento económico ha sido del 6.8% del PIB en 2006, algo no alcanzado desde 1978. Sin embargo, el enriquecimiento ha sido para los grandes financistas, bancarios, industriales, monopolios y multinacionales extranjeras, sectores del Estado, terratenientes, narcotraficantes y paramilitares. En contraste, las cifras de pobreza e indigencia son reveladoras: de los 44 millones de colombianos, 27 millones viven en la pobreza y, de éstos, 14 millones viven en la pobreza absoluta; son miles los despidos, producto de la reestructuración, privatización y reingeniería de las empresas estatales y privadas; es evidente que el pueblo debe pagar tarifas y montos cada vez más altos para acceder a derechos como salud, recreación, servicios públicos, educación, etc. Más aún, con el recorte de transferencias a departamentos y municipios, éstos contarán con menos recursos para inversión, generando mayores alzas en estos servicios.
Para asegurar este proceso, el régimen ha impulsado la política de seguridad democrática como estrategia para recuperar la gobernabilidad, en lo que incluye tanto destruir a la insurgencia como evitar que la izquierda y la oposición –venga de donde venga– logre avanzar en reunir al pueblo en torno a su programa.
Así, las clases dominantes de este país nos ofrecen un doble país, acondicionado a su doble moral. Por un lado, el país de mostrar en el exterior: el de los congresos, convenciones y ferias nacionales e internacionales de arte y cultura, el país para hacer mundiales de fútbol, en el que aparentemente hay una fuerte economía formal, democracia, elecciones, donde existe oposición, y son posibles las movilizaciones y protestas de izquierda. Por otro lado, su otra faceta: la de la corrupción, la parapolítica, la de la economía ilegal, la de la economía informal –la mayor en el país–, la de falsos positivos, la de los autoatentados, las muertes, las desapariciones, etc., la que restringe la democracia en todo sentido.
El Primero de Mayo salimos a luchar por la unidad del pueblo, por la independencia, por un futuro mejor para las próximas generaciones. Salimos a luchar por una cultura que recoja la diversidad, que reconozca el proceso histórico y la lucha de nuestro pueblo por ser libre. Luchamos por la dignidad de la vida, donde lo regional y lo étnico logren configurar un país optimista, con deseo de transformación, libre de ataduras, democrático, próspero y soberano. Por una república de todos, en donde sea posible respirar aire puro y no viciado por la politiquería, la impunidad, la brutalidad y el fascismo.
Nosotros, el Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo (MODEP), como parte de los que luchan por esa nueva sociedad, seguimos trabajando por y con los desposeídos, por una Nueva Democracia. Venimos uniendo esfuerzos poco a poco, en medio de la diversidad de opiniones que hacen parte de la izquierda, y tenemos claro que el camino es posible. Por tanto, seguiremos trabajando en función de la unidad, en espacios como el PDA y otras formas de organización del pueblo que se contraponen y luchan, de diversa manera, contra el Estado. Creemos que la perspectiva es un Gobierno Democrático Popular.
Invitamos a seguir transitando caminos para crear una Colombia distinta, fortaleciendo un pliego y un programa democrático con miras al socialismo, luchando por la organización del pueblo en sus distintas formas. No dejemos que los espacios ganados nos sean arrebatados, conquistemos unos nuevos por medio de la lucha de masas, la protesta popular y la acción política.
Hacemos un llamado a que este Primero de Mayo todo el pueblo salga a las calles para que este sentimiento, que es nuestro y de todos los pueblos del mundo, demuestre a los opresores que la solidaridad entre nosotros está vigente, para que se dé un paso más por hacer posible la nueva sociedad que anhelamos y que lucharemos por conquistar.
El llamado es también para que la movilización, en este día tan importante para la clase obrera, plasme el apoyo a las luchas de los pueblos y los sectores sociales revolucionarios y progresistas del mundo.
¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO INTERNACIONALISTA Y REVOLUCIONARIO!
¡ABAJO EL RÉGIMEN FASCISTA Y AUTORITARIO DE ÁLVARO URIBE VÉLEZ!
El día de la clase obrera surge a partir de la historia de los Mártires de Chicago. Por esa época (1886), la clase obrera se dignificaba y resistía: se luchaba por 8 horas para el trabajo, 8 horas para el estudio y 8 horas para el descanso, frente a las 10, 12 y hasta 16 horas de trabajo que prevalecían por esa época, y por mejores condiciones laborales. Miles de huelguistas salieron a marchar, posteriormente fueron reprimidos brutalmente y el movimiento fuertemente golpeado, cayendo muchos de los líderes del movimiento. El I Congreso de la Internacional Socialista, reunido en Paris, declaró el 1 de Mayo como el “día mundial de la lucha obrera” en conmemoración de la masacre de Chicago (Estados Unidos).
Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo – MODEP
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