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PRIMERO DE MAYO 2012

Publicado por Coordinador miércoles, 2 de enero de 2013

UNIDAD DEL PUEBLO EN LA LUCHA CONTRA EL IMPERIALIS‌MO Y EL NEOLIBERAL‌ISMO, Y POR EL PODER, LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO.

Cada día miles de retroexcavadoras, dragas, motosierras, explosiones en la superficie de los territorios, operadas por maquinas de los consorcios imperialistas, hieren las entrañas del suelo y el subsuelo colombiano en busca de los codiciados frutos minerales, energéticos y de biodiversidad del país para ser exportados, al mismo tiempo miles de trabajadores son enganchados por multinacionales del comercio, la banca y los call centers de otros megamonopolios.

Sin duda las clases dominantes están regalando los recursos naturales al mejor postor. El argumento que sirve como “contentillo” para el pueblo, es la teoría que los neoliberales han defendido del “vaso rebosante”, según la cual, cuando el vaso de la riqueza sea llenado para los ricos, y se creen las condiciones para que se siga llenando, entonces, el contenido (la riqueza) se derramará e inundará de felicidad y prosperidad a los pobres, de ahí que no se puede pretender cuestionar, ni mucho menos impedir el proceso del modelo del crecimiento económico.

El presidente Juan Manuel Santos, al tiempo que le asegura a estas grandes empresas que en este país no se “expropia el capital extranjero”, porque la institucionalidad garantiza la gobernabilidad que el capital imperialista exige, plantea que la protesta social no tiene justificación, porque su gobierno es de grandes reformas sociales, por eso combina cooptación y represión.

Santos expresa claramente que el motor de su modelo económico es la inversión imperialista: “Cuando vienen los inversionistas yo les digo bienvenidos, ustedes son nuestros socios. Si a ustedes les va bien a nosotros nos va bien. Y lo único que yo les pido es que tengan responsabilidad social y responsabilidad ambiental. De resto aquí lo que queremos es que ustedes sientan que hay reglas estables, de juego, que aquí no vamos a cambiar esas reglas, que aquí no vamos a expropiar. Aquí no expropiamos, aquí todo lo contrario. Somos un Estado de derecho en donde hacemos todo lo humanamente posible para que se respeten las reglas. Y creo que ese es el mejor atractivo para cualquier inversionista”.

Incluso el supuestamente líder de las reformas sociales de “avanzada” del santismo, el Ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo, deja ver los dientes del régimen cuando recientemente fue entrevistado ante la preocupación, que en pleno proceso de restitución, gigantes megamonopolios imperialistas están comprando tierras en el país: “No podemos caer en esa exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero, de considerar así la inversión foránea”. Para este Ministro es normal que los megamonopolios mineros pidan que se les titule 24 millones de hectáreas, tanto como el territorio ecuatoriano, hasta ahora se les ha titulado 5 millones de hectáreas en territorios étnicos, parques naturales y zonas de vulnerabilidad ecosistémica.

Para lograr el objetivo, las clases dominantes deben resolver dos tipos de contradicciones, las existentes en el seno de ellas mismas expresadas entre Uribismo – Santismo y las existentes entre ellas y el pueblo.

Sin duda las diferencias entre Santos y Uribe deben entenderse más allá de un simple problema personal, representan enfoques y vías que las clases dominantes tienen para desarrollar el modelo económico y político. Uribe representa la visión fascista de los grandes terratenientes y ganaderos, de algunos exportadores, de un sector importante de la cúpula militar y el clero, que consideran que no se deben hacer cambios que pongan en cuestionamiento la estructura de privilegios de este sector, para lo cual insisten en la continuidad del proyecto fascista y la lógica guerrerista. Santos, a su vez, representa a la gran burguesía financiera que quiere darle gobernabilidad al Estado para atraer capital imperialista y que por ende, debe tocar los intereses de grandes terratenientes y ganaderos, así como realizar un reordenamiento territorial en función del capital imperialista. Esta contradicción tiene dos posibilidades de resolución, o se antagoniza y genera una nueva guerra, o se atenúa y llegan a una negociación de intereses.

La otra contradicción, la existente entre el imperialismo y las clases dominantes contra el pueblo y la nación colombiana, existe por cuanto el proyecto dominante necesita un mayor sometimiento político e ideológico de las mayorías, para que no exista la posibilidad de la reorganización y proyección del campo popular como actor con capacidad para disputar el poder político y económico.

Las tareas urgentes del campo popular.

Ante la actual condición política nacional se está reconfigurando el campo democrático y popular. De una parte, sectores de oposición al fascismo uribista, han cambiado de bando y hoy están en las toldas de la Unidad Nacional santista, se trata del Partido Liberal y los Verdes, que coinciden con el modelo impulsado por Santos. De otra parte, se configura un nuevo sector agrupado como la coalición de los progresistas, que pretende representar la cara humana del modelo capitalista, en el fondo no se contrapone al proyecto, sino que insisten en algunas reformas para que no sea tan agresivo y lesivo contra el pueblo. El PDA que jugó su papel en la lucha contra el fascismo uribista, quedó atrapado en los lazos de las alianzas electorales y el parlamentarismo, como única posibilidad de agenciar un proyecto transformador de la sociedad, razón por la cual aceptó como natural la presencia de sectores clientelistas y corruptos, con tal de disputar desde el escenario institucional algunos gobiernos. Hoy es un proyecto político debilitado, incapaz de autocriticarse y ser referente de movilización y unidad popular.

Dos propuestas de unidad y movilización popular están emergiendo, la Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos, ambas expresan la necesidad de otras alternativas políticas, que hagan una revisión crítica del parlamentarismo y a la negativa de impulsar decididamente la protesta popular, haciendo una clara vocación de disputa del poder.

Los retos inmediatos que se presentan al pueblo tienen que ver con la organización y desarrollo de la protesta popular ante la entrada en vigencia el 15 de Mayo del TLC con Estados Unidos; la lucha por la defensa de los derechos de los/as trabajadores/as de los grandes monopolios imperialistas; la defensa de los territorios y de las comunidades en peligro a causa de los megaproyectos minero-energéticos y la lucha contra la cooptación santista.

En este Primero de Mayo, la unidad y coordinación de esfuerzos para la movilización antineoliberal y por el fortalecimiento de todos los procesos organizativos del pueblo, es un elemento que debe servir para potenciar la lucha por el Poder, la Democracia y el Socialismo.

POR LA UNIDAD Y LA MOVILIZACIÓN ANTINEOLIBERAL, VIVA EL PRIMERO DE MAYO INTERNACIONALISTA Y REVOLUCIONARIO. POR EL PODER, LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO

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